Todos conocemos las consecuencias del sobrepeso (además de las estéticas, importantes porque  afectan nuestra salud emocional). Queremos perder ese sobrepeso y rápido. Adelgazar rápido es  posible, con una dieta muy baja en calorías (como la famosa dieta del huevo duro o la piña, donde pasas comiendo huevo duro y piña todo el día), con productos diuréticos o laxantes que eliminan líquidos (como el famoso té de alcachofa o algunas pastillas), o sustituyendo tiempos de comida por  batidos (lo que significa consumir pocas calorías sin cambiar hábitos y gastar mucho dinero). Así que  si, adelgazar rápido es posible, pero también debes preguntarte cuánto durará esa pérdida y cuáles  son las consecuencias. 

Cuando adelgazas, pierdes 3 cosas: grasa, músculo y agua, la proporción dependerá de cómo adelgazaste. Si fue lenta y constantemente, con una dieta equilibrada y realizando ejercicio, pierdes  principalmente grasa, lo que hará difícil que recuperes el peso y aunque no pierdas muchas libras,  te sentirás más delgado y la ropa te quedará mejor. Cuando pierdes peso muy rápido, con una  alimentación desequilibrada y sin ejercicio, pierdes más músculo y agua, la fórmula perfecta para  que recuperes el peso, o el famoso efecto yo-yo/rebote. Además, al adelgazar rápidamente, tu  metabolismo disminuye (será más difícil perder peso la próxima vez), puedes presentar deficiencias  nutricionales e incluso tienes más riesgo de cálculos biliares.